Cobrar 13 dólares al mes a los usuarios forma parte de la nueva estrategia de Meta para cumplir la nueva y estricta normativa de privacidad publicitaria de la Unión Europea.
El gigante de Internet reveló el lunes que los usuarios de Europa mayores de 18 años pueden adquirir una cuota de suscripción mensual para acceder a Facebook e Instagram sin anuncios.
Debido a las comisiones de las tiendas de aplicaciones de Apple y Google, el coste mensual de una cuenta de Facebook o Instagram en un ordenador de sobremesa empieza en 9,99 euros (10,50 dólares) y sube a casi 14 dólares para las cuentas en dispositivos móviles. Cualquier usuario de la UE, Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza puede acceder.
Los nuevos niveles de suscripción son un intento de ajustarse a la campaña de la UE contra la publicidad personalizada, y se pondrán en marcha en noviembre.
El año pasado, los reguladores europeos obligaron a Meta a ofrecer a los usuarios la opción de rechazar la publicidad personalizada basada en su comportamiento en la plataforma.
Sin embargo, la estrategia podría ser impugnada. Expertos en privacidad y medios de comunicación opinan que no podría permitirse cobrar a los clientes por rechazar la publicidad personalizada.
Aunque mostrar anuncios basados en la participación de los usuarios es un componente crucial de la estrategia comercial de Meta, la presión ha ido en aumento en los últimos años.
En 2021, Apple incluyó la opción de que los clientes eligieran que no se rastrearan sus anuncios; sin embargo, Meta calculó que esta medida costaría a la empresa 10.000 millones de dólares en ingresos perdidos.
La introducción de nuevos niveles de suscripción es solo un ejemplo más de cómo la estricta normativa europea está presionando a las empresas de Internet para que modifiquen drásticamente sus modelos de negocio.
En mayo, los reguladores europeos multaron a Meta con 1.300 millones de dólares por violar la privacidad de los datos. La empresa también pospuso el debut de Threads, un rival de Twitter, en Europa debido a la incertidumbre regulatoria.