Van der Plas fue especialmente contundente, expresando su deseo de airear abiertamente sus quejas. Se sintió «descolocada» por la abrupta salida de Omtzigt de las negociaciones sin previo aviso a sus homólogos, dejando que se enteraran de su decisión a través de los medios de comunicación. Yesilgaz se hizo eco de sentimientos similares, declarando: «Sigo sin saber lo que el Sr. Omtzigt quiere o no quiere. Esa es exactamente la cuestión».
Omtzigt reconoció que su marcha «no ha ido del todo bien», atribuyéndola tanto a los problemas financieros del país como a sus reservas sobre la participación en el gabinete. También subrayó su distanciamiento de los puntos de vista constitucionales de Wilders, afirmando que la brecha seguía siendo demasiado grande.
Wilders, que lidera el partido más grande y, por tanto, tiene influencia en el proceso de formación, expresó su malestar por la situación. Aunque esperaba que el PvdA y el presidente del SER, Kim Putters, pudieran encauzar la situación como nuevo informador, también dejó clara su decepción con la actuación de Omtzigt. Wilders criticó a Omtzigt por marcharse sin informar directamente a los líderes del partido, calificándolo de «enorme decepción».
Las acciones de Omtzigt no han pasado desapercibidas, ya que el antiguo informateur Ronald Plasterk reveló que Omtzigt había tomado prestado su coche de servicio para ir urgentemente a un hotel de La Haya, donde más tarde anunció su retirada de las negociaciones.
Esta revelación fue considerada poco profesional por otros partidos. A pesar de estos retos, los cuatro partidos -PVV, VVD, NSC y BBB- probablemente seguirán esforzándose por formar una coalición. No se barajan otras posibilidades mientras esta coalición siga siendo una opción viable. La atención se centra ahora en el VVD y el NSC, que estudian la propuesta de Omtzigt de formar un gabinete extraparlamentario. Los próximos días revelarán cómo piensan avanzar.