La postura de Walmart sobre los botones antipánico: Equilibrio entre seguridad y coste

A Walmart store aisle with shelves stocked with products.
El dilema de seguridad de Walmart: equilibrar botones de pánico y presupuestos

Fecha: 8 de junio de 2024

Recientemente, el gigante minorista Walmart ha adoptado una postura firme contra la implantación de botones antipánico en sus tiendas. El Senado del Estado de Nueva York aprobó una ley que obliga a la mayoría de las grandes cadenas minoristas, incluida Walmart, a instalar botones de pánico en sus establecimientos de Nueva York. Estos botones servirían de línea directa con los servicios de emergencia, permitiendo a los empleados pedir ayuda rápidamente. Sin embargo, el vicepresidente ejecutivo de asuntos corporativos de Walmart, Dan Bartlett, expresó sus reservas sobre esta iniciativa. Profundicemos en los detalles y exploremos las razones de la oposición de Walmart.

La ley y sus intenciones

La legislación, una respuesta a las crecientes amenazas de robos y violencia a las que se enfrentan los dependientes de las tiendas, pretende mejorar la seguridad de los trabajadores del comercio minorista. Ya ha sido aprobada por la Asamblea del estado y ahora espera la firma de la gobernadora Kathy Hochul. En virtud de esta ley, los minoristas con más de 500 empleados en todo el país deben implantar botones de pánico antes de 2027. Además, la mayoría de los minoristas con diez o más empleados estarán obligados a impartir formación sobre prevención de la violencia y seguridad a su personal.

Preocupaciones de Walmart

La postura de Walmart se centra en la practicidad y la rentabilidad. La empresa cree que los botones de pánico pueden dar lugar a numerosas falsas alarmas. Según Bartlett, «ocho de cada diez veces que alguien cree que ocurre algo, en realidad no es así». Esta preocupación pone de manifiesto el delicado equilibrio entre garantizar la seguridad de los empleados y gestionar los costes operativos. La instalación de botones antipánico en las 4.700 tiendas de Walmart, 98 de ellas en el estado de Nueva York, tendría sin duda un precio elevado.

El factor coste

Los grupos de minoristas han criticado la ley, haciendo hincapié en la carga financiera que supone para los comercios. Aunque la seguridad es primordial, la realidad es que la implantación de botones antipánico conlleva gastos considerables. El máximo responsable de asuntos corporativos de Walmart argumenta que los costosos mandatos propuestos por el proyecto de ley pueden no ser eficaces para combatir a los reincidentes, es decir, a las personas que reinciden en actividades ilegales como el hurto y el asalto. La instalación, el mantenimiento y la vigilancia de los botones antipánico exigen recursos considerables, que podrían sobrecargar los presupuestos de los minoristas.

Falsas alarmas y eficacia

El escepticismo de Walmart sobre las falsas alarmas no es infundado. En un entorno comercial bullicioso, los botones de pánico podrían provocar inadvertidamente respuestas de emergencia innecesarias. El reto consiste en distinguir las amenazas reales de los incidentes menores. Además, la empresa señala que las llamadas telefónicas al 911 proporcionan a los intervinientes información vital de la que carecen los botones de pánico. Aunque los botones de pánico ofrecen inmediatez, pueden carecer de contexto, abrumando potencialmente a los servicios de emergencia con llamadas no urgentes.

Incidentes en aparcamientos frente a incidentes en tiendas

Curiosamente, el informe revela un cambio en el lugar donde se producen las muertes violentas. Mientras que los aparcamientos han sido históricamente los lugares donde se han producido más incidentes, la tendencia se está desplazando gradualmente hacia las tiendas. Este cambio subraya la necesidad de reforzar las medidas de seguridad dentro de las tiendas. El comportamiento agresivo de los consumidores es cada vez más frecuente, lo que exige un enfoque global de la seguridad.

Apoyo sindical y grupos de presión de la industria

Aunque Walmart no está sindicada, el Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes (que representa a más de 100.000 trabajadores estadounidenses) apoya la aprobación del proyecto de ley en Nueva York. En el otro bando, los grupos de presión de la industria -incluidas la Federación Nacional de Minoristas y la Alianza de la Industria Alimentaria del Estado de Nueva York- se oponen a ella. Sus preocupaciones se hacen eco de las de Walmart, subrayando la necesidad de una solución equilibrada que dé prioridad a la seguridad sin paralizar financieramente a las empresas.

El camino por recorrer

Mientras continúa el debate, Walmart mantiene su compromiso de evaluar la seguridad de los trabajadores de las tiendas. La empresa ha nombrado recientemente a su primer director de seguridad para abordar estas cuestiones críticas. Aunque los botones de pánico pueden ser una herramienta valiosa, sigue siendo esencial encontrar un término medio que garantice el bienestar de los empleados sin comprometer la viabilidad financiera. Mientras los accionistas de Walmart votan en contra de las propuestas de revisión independiente de la seguridad, el sector minorista se enfrenta a la delicada tarea de salvaguardar a sus trabajadores y mantenerse a flote en un mercado competitivo.

 

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