Inesperadamente, la oficina del Registro de Nueva York fue víctima de documentos falsificados que afirmaban que Ivanka Trump y Hillary Clinton habían unido sus fuerzas para un acuerdo inmobiliario de 150 millones de dólares en Manhattan. Las dos rivales políticas supuestamente se unieron para comprar el condominio dúplex más alto del mundo en Central Park Tower, completo con derechos aéreos y subterráneos.
La cuestionable documentación sugería que Trump y Clinton, además de una enigmática persona llamada «Louis Reyes», obtuvieron opulentas propiedades en Nueva York. Una de estas propiedades era el dúplex «Sky House», una extravagante residencia en el cielo de 11.535 pies cuadrados, con ocho dormitorios y 9,5 baños. Estaba situada en los pisos 127 y 128 de la Central Park Tower. El precio de esta propiedad ascendía a la asombrosa cifra de 150 millones de dólares.
Sin embargo, este espejismo fue efímero. Los absurdos documentos fueron sacados a la palestra por The New York Post, lo que provocó su expulsión de los archivos oficiales. Sorprendentemente, los documentos, notablemente desprovistos de las firmas notariales requeridas, fueron curiosamente etiquetados como «autorizados» por los secretarios municipales el 16 de mayo.
La tragedia cómica continúa más allá de ese punto. Los documentos falsificados también indicaban que las personas que supuestamente compraban la propiedad se describían como «parientes o ex parientes» de un individuo llamado «David Smith», que supuestamente era el vendedor. Para hacer las cosas aún más absurdas, el University Club estaba de alguna manera relacionado con el trato, aludiendo potencialmente a la conocida expulsión de Clinton del club en 1997 tras un incidente con su compañera de almuerzo, Cindy Adams, y un teléfono móvil.
El suceso ha revelado una notable debilidad en el procedimiento de control de la ciudad, ya que los documentos pudieron pasar desapercibidos a pesar de señales de advertencia evidentes, como la ausencia de sello notarial. Esto es especialmente vergonzoso si se tiene en cuenta la investigación en curso sobre unas 3.500 escrituras fraudulentas en la ciudad de Nueva York durante los últimos diez años.
Ryan Lavis, funcionario del Departamento de Finanzas de la ciudad, verificó el error al New York Post, afirmando que «Este documento fue presentado erróneamente y ya ha sido rectificado tras una evaluación exhaustiva». Hizo hincapié en el escrutinio meticuloso de todos los registros por parte del Registro de la Ciudad para identificar cualquier posible fraude en las escrituras e informar rápidamente a las autoridades competentes cuando sea necesario.
Por el momento, ni la Organización Trump ni la Fundación Clinton han respondido a las peticiones de comentarios.