Explore las controversias en torno a la elegibilidad de género en el boxeo olímpico, centrándose en los casos de Imane Khelif y Angela Carini. Descubre cómo aborda el Comité Olímpico Internacional estas cuestiones para garantizar una competición justa.
¿No es esta una cuestión de personas transgénero?
En los Juegos Olímpicos, el género en los deportes ha vuelto a ser objeto de escrutinio, con la pelea de boxeo entre Imane Khelif y Angela Carini tomando el centro del escenario como un ejemplo de si los atletas deberían competir como mujeres.
Su elegibilidad fue cuestionada después de que Khelif fuera descalificada del Campeonato Mundial de Boxeo 2023 por tener niveles de testosterona demasiado altos para calificar como mujer.
Este escándalo ha resultado en llamados a prohibir a las boxeadoras de los Juegos Olímpicos, con celebridades y políticos, incluyendo a JK Rowling y Elon Musk, expresando su oposición.
En respuesta, el Comité Olímpico Internacional emitió una declaración aclarando que estas atletas que han competido durante mucho tiempo como mujeres cumplían con todos los requisitos de elegibilidad y, por lo tanto, deberían ser clasificadas como atletas femeninas; además, reiteró que este asunto no se relaciona tanto con el género como con las diferencias en el desarrollo sexual que ocurren entre algunas personas criadas como mujeres que poseen ambos conjuntos de cromosomas XY.
Al concluir los Juegos Olímpicos, este punto técnico podría abrir el camino a una discusión más amplia sobre el género. Khelif y Lin Yu-ting, quienes compiten el viernes en la división de 57 kilogramos, han competido durante mucho tiempo como mujeres.
Sus acciones han sido aprobadas tanto por el Comité Olímpico Internacional (COI) como por su grupo de trabajo para supervisar el boxeo femenino en estos Juegos.
Este año, en los Juegos Olímpicos, el boxeo femenino alcanzó una histórica paridad de género al llegar a una competencia de 124 hombres y 124 mujeres.
Este logro se debe en gran parte al trabajo realizado por un grupo de trabajo del COI que alentó a la IBA a actualizar sus reglas sobre elegibilidad de género basadas en pruebas realizadas por su organismo rector, algo que el grupo de trabajo ya había tenido éxito en hacer previamente para el atletismo, donde Caster Semenya fue descalificada después de que las pruebas indicaran que tenía niveles de testosterona que excedían los umbrales normales.
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