Hacía tiempo que el sol se había puesto sobre la pista Philippe Chatrier, pero la intensidad sobre la tierra batida estaba lejos de desaparecer. Novak Djokovic, número 1 del mundo, se enfrentaba a la joven sensación italiana Lorenzo Musetti en un partido que quedaría grabado en la historia del Abierto de Francia.
La batalla de los estilos
Djokovic, el jugador decidido que se aferra a la línea de fondo y nunca se rinde, se enfrentó a Musetti, un joven de 19 años conocido por sus jugadas creativas y sus golpes impresionantes. El choque de estilos de juego diferentes dio lugar a un partido emocionante, y ambos jugadores estuvieron a la altura de las circunstancias.
Set 1: Los nervios de Djokovic y la brillantez de Musetti
Al principio, a Djokovic le costó entrar en ritmo. Musetti, que no mostró ningún miedo en el gran escenario, ejecutó su revés a una mano de forma impecable. Los espectadores quedaron asombrados cuando golpeó las líneas a la perfección, haciendo que Djokovic se revolviera. Cuando el marcador estaba empatado a 5-5, Djokovic se esforzó al máximo, logró romper el saque de Musetti y ganó el set por 7-5.
Set 2: La resistencia de Musetti
En el segundo set, Musetti volvió con más fuerza. Sus dejadas desconcertaron a Djokovic, al que le costaba seguir el ritmo. El tie-break fue muy intenso, y Musetti logró salvar dos puntos de set. Al final, el italiano se impuso por 7-6(6), desatando la euforia del público.
Set 3: Dominio de Musetti
De la nada, Musetti se convirtió en el protagonista. Sus potentes golpes de derecha y sus intrépidos movimientos en la red pillaron desprevenido a Djokovic. A la velocidad del rayo, el italiano se impuso por 6-2, dejando claro que se avecinaba una inesperada sorpresa.
Set 4: La remontada de Djokovic
Los campeones siempre luchan hasta el final. Djokovic ajustó su juego, sirviendo con más precisión que antes. Consiguió romper el saque de Musetti muy pronto, y el público pudo sentir cómo cambiaba la dinámica. Djokovic ganó el set por 6-3, dando paso a un emocionante set final.
Set 5: La oleada de Djokovic
Cuando el reloj marcó la medianoche, Djokovic subió el ritmo. Su fuerte defensa cansó a Musetti, y el público, dividido al principio, empezó a animar a ambos jugadores. Djokovic ganó 6-0, protagonizando una increíble remontada.
El papel del público
El público parisino cumplió con su parte. Fueron testigos de una montaña rusa de emociones: aplaudieron la audacia de Musetti, jadearon ante la resistencia de Djokovic y, finalmente, se pusieron en pie para aplaudir de pie. El partido había trascendido el tenis; era un teatro.
Para Djokovic fue una prueba de carácter. Sobrevivió al susto, demostrando por qué es el jugador mejor clasificado. Musetti, a pesar de la derrota, se anunció como una futura estrella. El mundo del tenis había sido testigo del paso de la antorcha.
Mientras los jugadores se abrazaban en la red, Djokovic susurró palabras de ánimo a Musetti. El italiano se enjugó las lágrimas, sabiendo que había llevado al campeón al borde del abismo.
