Zoraya ter Beek: Una lucha por la eutanasia

Una lucha por la eutanasia

En un hecho significativo, la lucha de una mujer holandesa por su propio fin ha llegado a una resolución. Zoraya ter Beek, una mujer sana de 29 años, recibió permiso para la eutanasia debido a su depresión grave e intratable. Las autoridades holandesas han confirmado la próxima aprobación. Esta medida ha suscitado conversaciones en toda Europa.

Fondo

Zoraya solicitó el suicidio asistido en 2020 debido a una depresión de larga duración y a continuas ideas suicidas relacionadas con un trauma infantil. Su caso ha suscitado un debate en los Países Bajos sobre el aumento de los casos de eutanasia. Según The Guardian, en 2010 sólo hubo dos casos relacionados con enfermedades psiquiátricas, pero en 2023 la cifra había aumentado a 138, lo que supone el 1,5% de los 9.068 casos de eutanasia.

Las luchas de Zoraya

A pesar de sus esfuerzos, los problemas de salud mental de Zoraya persistieron. Lidiar con la depresión crónica, la ansiedad, los traumas, el trastorno límite de la personalidad y el autismo puede ser duro. Zoraya soñaba con ser psiquiatra, con la esperanza de que un compañero que la apoyara y un hogar seguro curaran sus heridas de la infancia. Por desgracia, no fue así.

Conocer la reacción de Zoraya ante la eutanasia.

La historia de Zoraya fue noticia en todo el mundo y suscitó un debate en las redes sociales sobre la gravedad de su enfermedad. En una entrevista con The Guardian, refutó la idea de que los problemas de salud mental afecten al pensamiento racional. Zoraya señaló las estrictas normas y medidas de seguridad que rigen en Holanda desde hace más de 20 años en materia de eutanasia.

Normas sobre eutanasia en los Países Bajos

En los Países Bajos, solicitar la eutanasia debe ser una elección personal bien meditada. Los pacientes deben padecer un sufrimiento insoportable, sin esperanza de mejora y sin otras opciones viables.

Tratamiento y decisión

Zoraya se sometió a varios tratamientos, como terapia conversacional, medicación y numerosas sesiones de terapia electroconvulsiva. Aunque la terapia le enseñó estrategias de afrontamiento, no abordó los problemas de fondo. A pesar de causar dolor y miedo a sus seres queridos, Zoraya se mantuvo firme durante los tres años y medio que duró el proceso.

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